Hemos ido recibiendo comunicaciones de Iberia, para informar del regreso a la oficina para todos los que estaban teletrabajando, con fecha 7 de enero. Sin embargo, existe la posibilidad de incorporarse antes, de forma escalonada y gradual, para preparar al personal de todos los equipos de trabajo y para garantizar con tiempo la máxima seguridad.
Antes de nada, desde USO queremos manifestar, que resulta arriesgado cuando menos peligroso, que la Dirección tome esta decisión por el estado crítico actual de la pandemia aún sin controlar. A fecha de hoy, no existen argumentos para asegurar que el 7 de enero estemos en mejor situación. Podemos sufrir una o varias olas más, que nos obliguen a restringir los movimientos. De hecho en España se teme una tercera oleada después de las fiestas navideñas, como consecuencia de las bajas temperaturas de los próximos meses.
¿Qué necesidad hay de aumentar el riesgo entre los trabajadores?
Las medidas de seguridad para prevenir nuestra salud tomadas en las oficinas, provienen de las del Ministerio de Sanidad, sí, pero nos resultan insuficientes. ¿Por qué no ampliarlas? Existen múltiples recomendaciones que añaden seguridad y no se tienen en cuenta por la Unidad de Prevención Laboral.
Según la información que Iberia ha empezado a remitir a cada trabajador para su aceptación, es el propio individuo el principal actor de su seguridad. Como tú, nadie te cuidará, por supuesto.
Sin embargo, la USO defenderá que se respete la decisión de cada trabajador en servicios centrales de volver o no, libremente sin necesidad de justificación, salvo alguna excepción o por algún día de forma puntual, porque actualmente no existen garantías de que la oficina esté libre de virus permanentemente.
No sólo nos preocupan las cuestiones de salud, ambientales, de organización laboral, en situación de ERTE, etc, sino también las de conciliación cuando hay positivos en la unidad familiar, y también las que afectan al aparcamiento en el edificio o en la calle, entre el personal que no quiere utilizar el transporte público por prevención, entre otras muchas.
Un suma y sigue, que conforma un cúmulo de temas sin resolver, sin pactar y sin haber consultado con los representantes de los trabajadores que componen cada Comité de Centro, y no de ahora, sino desde que comenzó la pandemia. Parece que la empresa ha obviado la existencia de la representación social y de que necesitamos soluciones.
Esa preocupación no hace más que generar inseguridad y miedo al contagio entre el personal y evitarlo debe ser el primer objetivo para la compañía, porque deriva en un mejor desempeño. Dar a conocer personalmente las medidas tomadas no es suficiente.
El hecho de hacer un test en la reincorporación no significa nada más que hasta ese día el trabajador no está contagiado; estos test tendrían que ser realizados casi semanalmente. Nos vemos en la obligación de defender lo que los trabajadores necesitan.
USO quiere poner de manifiesto todos estos inconvenientes que viene planteando la plantilla y los elevará a la Dirección de la empresa y a los Comités de Seguridad y Salud laboral que se celebren al efecto, entre los que destacamos:
· En primer lugar, la vuelta presencial debe ser voluntaria salvo aquellos puestos o en los días en los que la presencialidad sea inevitable.
· En segundo lugar, aquellos trabajadores con motivos familiares como conciliación, cuidado de enfermos o mayores, o por razones de salud, con enfermedades de alto riesgo, cuarentenas, etc, deberían poder permanecer trabajando a distancia «sine die».
· En tercer lugar, mientras se mantenga el ERTE porque no se haya recuperado la actividad de la compañía, y por tanto haya afectación por ERTE para los meses siguientes, en días o en horas de jornada, será mejor exponerse lo mínimo al virus y al contagio entre compañeros, trabajando desde casa.
Para la USO, mantener el trabajo a distancia, de forma telemática debe ser una opción voluntaria para todo el personal de servicios centrales